viernes, 18 de junio de 2010

EL POLICIA VENEZOLANO ¿ORGULLO O VERGUENZA?

EL POLICIA VENEZOLANO
¿ORGULLO O VERGÜENZA?


Todavía recuerdo el año 1973, cuando recibí mi carnet y mi placa del Cuerpo Técnico de Policía Judicial, recuerdo a mis compañeros de curso y la emoción compartida por todos al haber culminado exitosamente el curso de Agentes, promoción Juan Martín Echeverría, también recuerdo con orgullo, el año 2.000 cuando después de haber estado fuera de la policía, fui llamado a formar parte de la Policía del Estado Bolívar, recuerdo el orgullo que sentí al vestir el uniforme de esa Institución donde preste servicios por cinco años consecutivos, sin permisos, vacaciones ni días de descanso.
Hoy, en la vida civil, al leer la prensa diaria de mi país, veo con tristeza los titulares y por experiencia propia, al transitar por las calles de Ciudad Bolívar, capital del estado del mismo nombre, al charlar con mis vecinos, amigos y conciudadanos y observar personalmente en sitio algunas de las miles irregularidades que se cometen por parte de los funcionarios policiales, y entrevistarme con los propios funcionarios y recoger sus impresiones, siento pena, tristeza y vergüenza
Por experiencia propia, mil veces vivida se de los bajos sueldos, de las carencias del funcionario, de las dificultades que padece para sobrevivir y mantener una familia, también conozco las carencias generalizadas de las instituciones, a las que se les asignan presupuestos ridículos en relación a las funciones que deben cumplir para garantizar la tranquilidad ciudadana y combatir el delito en sus múltiples modalidades, pero desde mi punto de vista, todas estas penurias personales e institucionales no justifican totalmente el camino que han tomado nuestras instituciones policiales y sus funcionarios, ser policía es difícil y no es para cualquiera, se necesita una gran dosis de vocación, de convicción, de honestidad sincera, de sacrificios y de renuncia a muchas cosas, la policía es una suerte de culto, de religión donde se debe entregar mucho a cambio de nada, donde se deben sacrificar muchos intereses, comodidades y beneficios sin esperar nada, solo las sastifacción del deber cumplido, esperando solo como recompensa la investigación culminada, el homicidio esclarecido, el delincuente aprehendido, el robo frustrado, evitar un accidente o siniestro lamentable, el desmantelar una banda de delincuentes organizados y la tranquilidad de saber que la sociedad duerma tranquila y realice sus actividades con seguridad gracias a nuestro trabajo y desempeño.
Desgraciadamente en Venezuela, esta sucediendo un fenómeno de descomposición preocupante a nivel de las instituciones que deben garantizar la seguridad ciudadana, a tal punto que la ciudadanía le teme a la policía, siente desconfianza de las instituciones, no respeta al funcionario y más bien lo odia y lo desprecia, lo tilda de delincuente y desconfía de ellos.
La pregunta obligada es ¿Tiene razón la sociedad? ¿De quien es la culpa? ¿Qué esta pasando realmente? Es por eso que decidí escribir, repito, con mucha tristeza y pena esta entrada en mi blog, haciendo una análisis simple, como cualquier ciudadano común que solo tenga un mínimo conocimiento de la situación.
Empecemos por el Gobierno y sus Ministros, legisladores y responsables de la seguridad ciudadana, que gastan millones de bolívares en publicidad, transmitiendo mensajes falsos, ridículos sobre los índices de delincuencia y exponen estadísticas falsas y acomodadas a sus intereses, le echan encima toda la culpa a las policías y no hacen un estudio cierto de la situación, mucho menos solucionan, se limitan a escribir y hablar pendejadas y elaborar planes operacionales de corte efectista y publicitario que en nada resuelven las situaciones, actúan como si estuvieran en una campaña política de miras a unas elecciones, mintiendo y estableciendo situaciones que lejos de solucionar empeoran las realidades, declaran anticipadamente acciones que se tomaran, alertando a la delincuencia y toman decisiones en cualquier reunión, acompañados de sendos vasos de güisqui, sin ninguna experiencia ni conocimiento de la materia, basados quizás en cualquier película o libro barato que alguna vez leyeron o vieron, ni se mencione a los responsables del presupuesto, quienes desgraciadamente consideran la seguridad ciudadana como uno de los últimos problemas que sufre la república, y al funcionario como el menos merecido componente de la sociedad, a pesar de sus inmensos discursos, llenos de falsedad e hipocresía, no admiten que hoy por hoy, el policía es un profesional, que un alto índice de funcionarios ya han culminado una carrera universitaria, técnica o de cualquier otro tipo, carrera que han sacrificado por servir a la sociedad y no admiten que muchísimos policías tienen mas capacidad que muchos ministros, diputados y directores que ocupan puestos y cargos políticos logrados mediante la mentira, el servilismo y el chisme. Por eso no consultan a los profesionales y cuando lo hacen no escuchan los planteamientos y mucho menos los ejecutan.
En Venezuela la titularidad de la acción panal recae sobre el Ministerio Público, en toda su extensión, desde la investigación hasta el procesamiento del delincuente y hasta se permiten, los Fiscales Juzgar, invadiendo competencias de los jueces y ursupando funciones, emitiendo opiniones públicamente, motivo de recusación e inhibición en cualquier país civilizado, la Fiscal General de la República aparece en la prensa condenando acciones en el exterior, emitiendo opiniones políticas, defendiendo al gobierno, condenando países extranjero mientras olvida sus responsabilidades nacionales, demostrando claramente su parcialidad política lo cual de echo y derecho la inhabilita para ejercer el cargo si en un país civilizado donde funcionen las leyes viviéramos.
La solución de este problema es sumamente fácil, la policía debe ser la encargada de prevenir, investigar y combatir el delito y la Fiscalia debe limitarse a procesar a los delincuentes, acusarlos y lograr que sean condenados dentro del estado de derecho, así de fácil, de sencillo.
Los Jueces en Venezuela se han convertido en victimas de conflicto de múltiples especies, en primer lugar las presiones políticas, en un país donde no existe la independencia del poder judicial, aunado a esto esta el gran problema, que si condenan a todos los delincuentes que presenta el Ministerio Público, no hay donde meterlos, las cárceles están colapsadas, no aguantan un reo más, superpobladas a la exageración, llenas de violencia, bajo el control de bandas armadas de delincuentes y por ultimo, son presa fácil de la situación económica, corrupción, del negociado y muchas otras cosas de dudosa legalidad a la hora de dictar sentencia o tomar una decisión.
El Ministerio de Justicia tiene años que no construye, remodela, repara o adecua una cárcel en Venezuela, estas son sitios aberrantes, peores que una condena a muerte.
La Guardia Nacional, institución policial militarizada, dependiente del Ministerio de la Defensa, creada en 1935 por el entonces presidente de Venezuela General Eleazar López Contreras con la finalidad de resguardar internamente el territorio Nacional y ser garante de las fronteras, con funciones de apoyo a otros organismos como lo pregona su segundo nombre, Fuerzas armadas de cooperación, a lo largo de los años transcurridos después de su formación, ha ido recibiendo múltiples funciones y responsabilidades, sobre ella se han descargado todas las funciones y competencias habidas y por haber, son tantas que no hace ninguna, así tenemos una institución con bajo presupuesto, con personal insuficiente que tiene responsabilidad directa en: Aduanas, licores, forestal, vial, alcabalas, custodia externa de las cárceles, custodia de las empresas básicas y petroleras, custodia de puentes y autopistas, orden público, investigación de drogas, alcabalas y puntos de control en carreteras, lucha contra el abigeato y seguridad rural, apoyo a órganos administrativos como SENIAT, INDEPABIS, etc., prevención del delito, patrullaje de las ciudades, seguridad de fronteras, y pare usted de contar. Son tantas las responsabilidades que tiene y son tan menguados los presupuestos y salarios de sus miembros que para cumplir algunas funciones tienen que recurrir a “solicitar apoyo y colaboración” de la sociedad civil y muchas veces obtener ingresos por métodos poco ortodoxos. La verdad es que los resultados de sus funciones son bien pocos.
El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, pomposo nombre que se le puso ala antigua PTJ, cuando era admirada, no solo a nivel nacional, era admirada a nivel internacional por su eficiencia, técnica, honestidad, rapidez en resolver los casos, primera en el mundo en investigaciones de homicidios, hoy en día es casi un adorno que se limita a trabajar algunos casos de suma importancia, demostrando su gran capacidad y al mismo tiempo demostrando su bajo interés en resolver casos comunes que afectan la sociedad, vemos en pantallas de televisión hoy en día una policía politizada, eminentemente civil, con sus cuadros directivos ridículamente disfrazados o uniformados con chaquetas rojas, color del partido político de gobierno, dedicada a funciones de combate ideológicos e investigaciones de activistas políticos de oposición, donde son sumamente diligentes, mientras que los casos de mas de cien mil homicidios permanecen engavetados, ni se hable de los robos, hurtos, drogas, hurtos y robos de vehículos, lesiones, violaciones etc. Es de todos sabidos que existe en la institución focos de corrupción, que se cobra protección y vacuna a traficantes, se solicita dinero a victimas de secuestro, se piden recompensa y hasta se cobra por entrega de vehículos recuperados, agilización de experticias, diligencias y cuadre de actas policiales, se solicita viáticos y recompensas para efectuar investigaciones y otros tristes hechos de corrupción dentro de esta otrora noble institución, comprendiendo lo que no se justifica tales como, siendo la policía de mayor capacidad técnica en Venezuela es la peor pagada y la peor dotada, con la nomina mas reducida, sin vehículos, sin insumos de laboratorios, sin equipos de oficina (En muchas delegaciones, las computadoras son propiedad de los funcionarios que trabajan en sus vehículos particulares).
Las Policías estadales y municipales, convertidas quizás por necesidad de sus miembros en vulgares agencias de vigilancia privada que cobran por custodiar comercios y cuidar residencias, traslados de dinero sin omitir la vergonzosa actividad de cobrar vacunas y protección a delincuentes, prestar armas para cometer delitos, aparecer involucrados directamente en hechos delictivos, homicidios por sicariato, trafico de drogas, aprehender delincuentes, despojarlos de los obtenido en la comisión de una delito y soltarlos, modificar un sitio de sucesos en el afán de apoderarse de algún bien que podría haber sido la clave de la investigación o la evidencia probatoria del delito. Lo he escrito anteriormente, las policías uniformadas están mal dirigidas y peor gerencialas por militares que no les duele la institución y mas bien propician la corrupción en beneficio propio. Es triste y vergonzoso escuchar al gobernador del estado y al comandante de la policía expresar que mas de cien funcionarios policiales están a la orden del ministerio público acusados de delitos comunes, se enorgullecen de las acciones tomadas como ejemplo de depuración cuando esta situación merece un serio estudio, buscar las causas, corregir las fallas entre las cuales figura la pésima selección de aspirantes a policías, la alcahuetería en los ingresos por influencias, la pésima gestión de supervisión y dirección y muchas mas que deben ser corregidas de inmediato, por supuesto, si dejar a un lado la investigación interna de funcionario y la exclusión de estos.
En esta entrada no puedo dejar por fuera una de las policías encargadas de prevenir y evitar las exageradamente abundantes muertes y lesiones que bañan de sangre calles, avenidas y carreteras de Venezuela, Transito Terrestres, la policía que menos cumple sus funciones en este país, que no patrulla las calles, avenidas ni carreteras, que no sanciona infractores, que no vela por vehículos mal estacionados que pueden ocasionar o provocar accidentes, que no remolca vehículos abandonados y mal estacionados, que no detiene conductores ebrios, no controla el exceso de velocidad, no corrige el transito de vehículos de transporte público, en una palabra no hace nada por cumplir sus funciones ni respeta su consigna “Honor y Ley”. Ustedes se preguntaran, ¿Entonces, como funciona?, la respuestas es sencilla, funciona como agencia gestora, otorga licencias de conducir y ayuda en tramites administrativos documentales, actúa siempre después que ocurre un accidente presentándose siempre con retardo en el sitio del mismo donde, en accidentes simples entran en contacto con los conductores involucrados y miran a quien favorecen mediante recompensa, establecen puestos de control vehicular en carreteras que solo entorpecen la circulación vehicular, exigen documentos, establecen multas personales que cobran en el sitio, no les importa el mal estado de vehículos, cargas sobre dimensionadas, etc. Como jestra de lo escrito he copiado una parte de un reportaje aparecido en el Diario El Progreso: En lo que va de año, 251 personas han perdido la vida en hechos violentos en Ciudad Guayana. Aunque son continuos los operativos policiales desplegados en diversos sectores del municipio Caroní, la delincuencia sigue haciendo de las suyas.
Muestra de esto es que durante enero y febrero se registraron 121 asesinatos, 70 a comienzos del año y 51 en el segundo mes. Para marzo, abril y mayo, las autoridades policiales atendieron 40, 39 y 48 homicidios respectivamente.
Ya en junio se han reportado tres hechos de sangre, lo que evidencia la magnitud de la inseguridad que afecta a la región.
NOS SENTIMOS ORGULLOSOS DE SER POLICIAS O NOS DA VERGÜENZA? ¿ CUMPLIMOS O INFRINGIMOS? ¿SOMOS DILIGENTE O NEGLIGENTES? Ni yo mismo se que contestarme

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