domingo, 20 de junio de 2010

DIA DEL PADRE

En el día de hoy, cuando se celebra el día del padre, he tenido la oportunidad de leer en el diario el Progreso, una humilde pero emotiva carta de un policía dirigida a su hijo, sencilla, sin toque literarios altisonantes, sencilla como cualquier policia, la he copiado textualmente y la publico en mi blog, tal como aparece:
En el Día del Padre
Carta de un policía a su hijo

EBECO-Press-Upata.-
ebecoespecial@cantv.net.- Querido hijo. Soy un policía. Mi trabajo es muy modesto, pues tú sabes que apenas me da para sobrevivir y medio mantenernos, pero dentro de su humildad me ofrece muchas satisfacciones.
Soy el malo de la sociedad que tanto me necesita. Me enorgullece servir a los demás y me siento importante cuando salvo una vida, cuando protejo a un inocente o cuando tengo a un criminal. Estas son las satisfacciones que en otro trabajo no se tienen!
Mi profesión verdaderamente ingrata; todos me arrojan piedras y me insultan cuando cumplo con mi deber, porque todos quisieran que la Ley se cumpliera para los demás y no en ellos.
La gente me humilla cuando me ofrece una dádiva para que deje de cumplir con mi deber, y si la acepto me llaman deshonesto.
Debes saber que cuando salgo de la casa, no sé si volveré a verte porque mi trabajo es de riesgo constante, en donde va por medio la vida misma.
Así es! Tal vez tendré que morir defendiendo la vida y la propiedad ajena, mientras tú me esperas para darme ese beso que a diario me ofreces como bienvenida, y ante esa verdad sufro al pensar que ya no nos volveremos a ver porque habré entregado mi vida por esta sociedad que tanto me exige.
Si a veces no te veo, es porque en este ingrato pero emocionante trabajo no tengo horario. Sí es cierto! Trabajo doce horas pero solo cuando la sociedad duerme o descansa i duerme, yo estoy de pie, vigilando tu sueño, viéndote crecer, sano, sonriente, me conformo con verte de vez en cuando.
De todas maneras siempre estoy pensando en ti y nunca te olvido. Cada día me preparo para ser mejor policía, para que tú te sientas orgulloso de tu padre, y lucho junto a mis compañeros por ti, para que puedas desarrollarte con seguridad y puedas caminar por las calles y llegar a la escuela libre de sobresaltos y de miedo, porque para eso estoy aquí y para eso soy policía.
No importa que me ataquen y que la gente me condene por no dejarme golpear o matar! Tu sabes con qué clase de gente me enfrento diariamente; drogadictos, borrachos, asesinos, influyentes amigos de los jefes, todos ellos irrespetuosos, agresivos. En verdad que el mundo no se da cuenta que yo también soy un ser humano, es lo que más me hiere, pues me duelen los insultos y las agresiones. Y demonios, ¿Qué se creen que estoy obligado a aguantar todo porque soy un policía olvidado de la mano de Dios?
Quiero que comprendas que soy policía y no puedo atenderte cono te mereces, ni darte todo lo que necesitas; solo puedo dejarte como herencia mi honor, mi orgullo y mi dignidad de hombre decente que quiere ser un ejemplo para ti. Te quiere. Tu Padre.

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